miércoles, 3 de noviembre de 2010

La chica del tuenti

        Hace tres días, cuando estaba intentando agregar en el tuenti a una amiga mía, la cual conozco desde los comienzos de mi existencia racional y cometí el grave error de enviar la invitación a otra chica, que por coincidencia, quizás por suerte, se llamaba igual que mi amiga, que tambien vivía en el mismo pueblo, pero que, evidentemente no era ella, pero que más tarde agradecí que no lo fuera.  ¿La razón?, la explicaré ahora mismo.

        El caso es que ella, sin saber quien era, sin reconocerme siquiera me aceptó y aún hoy en día me planteo hasta que punto las circunstancias de la vida juegan con nuestros destinos, pues de no ser por su carácter agradable y abierto o por mi facilidad para despistarme abstraerme y hacer las cosas sin fijarme, quizás nunca la hubiera conocido, pues seguido de agregarme, su éspiritu curioso quiso saber de que nos conociamos, si había algo que nos uniera o si era por coincidencia que me le hubiera agregado, y, tras indagar un poco en nuestros respectivos pasados resultó ser una compañera mía de la autoescuela, con la que había cruzado pocas palabras, aunque ya nos habiamos reido juntos antes y eso, nunca se olvida.

        Tras unos minutos de increible conexión emotiva y habiendo comprendido que tenemos grandes similitudes e inquitudes juxtapuestas, decidí que haría lo posible, todo lo que estuviera en mis manos para que no se repitiera el error de la última vez,por que aunque esta vez si sabía su nombre, su ubicación y sus lugares de ocio habituales no me permitiría el no conocerla mejor, por lo que decidí volver a quedar con ella pasados unos dias para poder hablar de cine, de libros, de las personas y a poder ser de nosotros un poco más.

        Como no solo su curiosidad debió ser saciada, sino que tambien la mia quería saber quien era esa mujer, mientras por el chat nos preguntabamos distintas cosas, yo fuí fisgando sus fotos para hacerme una idea de quien era, de como era y de por que sería así. La chica, morena y alta, de expresión alocada y ojos caramelo, tenía un aire de inocencia que reforzaba con una sonrisa pura, blanca y.... no se, inocente al fin y al cabo. Tambien ví que vestía ropa aireada, moderna, pero con cierto deje liberal, místico, no sabría especificar exactamente. Eso sí, la ropa tenía la facultad de darle una silueta seductora efimera, como de sueño, como si fuera a evaporarse añadiendole en cierta medida el miedo a la perdida.

        La charla con ella comenzó con la sencillez de la pregunta ¿Quién eres?, pero tras comunicarle mi nombre e interesarme un poco por ella, sentí una sensación familiar a la escena de la pélicula "Martín Hache" donde el mejor amigo del padre del protagonista le dice que no hay que fijarse en si es hombre o mujer, si es preciosa o viril, no, en absoluto, hay que fijarse en su mente, y su mente imbuyó de alegría a la mía, me hizo ver un mundo donde la escritura sería bien vista y alguien a quien pedirle ayuda en lo referente a mis proyectos artisticos.

         Ahora, espero con anímo renovado volver a encontrarme con ella o llegado el momento, otra chica de la misma magnitud y alegría que acepte sin reparos la idea de ser presentada en este Blog y me ayude con los otros proyectos menos personales y más sociales. Es decir me encontré con una chica que me aceptó sin reparos.

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